Una larga historia se cuenta al revés.
Tanto acercamiento en el retrato que escribo,
(porque lo escribo),
me pone nerviosa
como cuando abres bien los ojos
y me quieres decir algo
y yo no sé qué es.
Nunca aprendí proxémica.
y ni me hables de semiótica...
Si solo supe de límites
y mar abierto
Ni así pude lanzarme al agua
al fin
Caí por error
creyendo que volaria
luego,
todo se puso negro
y desperté bajo la cama.
Encontré ahí
algunas cosas que me recuerdan a tí
como el aire,
la tierra
las cosas viejas
las cosas nuevas,
y todo lo azul.
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