lunes, diciembre 22, 2008

El padecimiento de Faustino

La primera vez que noté que Faustino tenía un problema fue durante una reunión con amigos hace un par de meses. Faustino suele ser un tipo risueño, alegre, el alma de la fiesta y ese día lo vi nervioso, ansioso, terriblemente asustado. Le pregunté que le sucedía y me respondió sin palabras, sus ojos humedos lo dijeron todo. Después de eso Faustino me confesó todo. Era ludópata. Llevaba casi un año enviciado con el juego y ya no podía parar. Él mismo trató de someterse a exahustivos tratamientos de autocontrol que bajaba de internet. Cuando no vio resultados, optó por ver a una serie de especialistas que tampoco lograron nada. Finalmente, se rindió a su vicio y jugó hasta el cansancio. Mental y físico.
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Aquél día que se confesó conmigo, me dijo que ya estaba cansado, que no podía mas. Yo prometí ayudarle. Él, conciente de mis conocimientos en el area de la psicología, se entregó completamente a mis metodos y confió ciegamente en mi. Yo sabia que el tratamiento sería terrible y doloroso, pero que, juntos superaríamos esto.
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Hoy, y luego de un arduo tratamiento, Faustino es un hombre nuevo; saludable, jovial, completo. La ansiedad se ha ido y ahora, le es absolutamente sencillo ver a sus amigos entretenidos con ese pasado enemigo, Twister, y no sentir esa terrible urgencia de jugar.