lunes, diciembre 19, 2005

Cuando Tengo Un Chiste Interno Me Río Con Las Tripas

Los chistes internos son tan apasionantes como estúpidos. Y fascistas. Y adolescentes.
Mis gloriosos años de colegio me enseñaron lo que era el famoso chiste interno, más que nada, porque yo nunca estaba dentro del grupete dónde nacía el chiste.
Como testigo implacable del nacimiento, vida y muerte de este tipo de situaciones, puedo decir que el chiste interno es la forma más hermosa y socialmente aceptable de ejercer el divino derecho a discriminar. Ni siquiera es necesario pertenecer a las esferas sociales populares para estar dentro de la mafia del chiste; hasta los chicos del club de ajedrez y los del coro tienen sus propios chistes internos.
Esto es aún más notable, cuando no se trata simplemente de un chiste, sino de un universo paralelo de tontera privada. Por ejemplo, no muchos conocen la naturaleza de Faustino (personaje al que hago referencia de vez en cuando). O Eulalio y su trágica muerte producto de la grasosa comida rápida (atropellado por una moto repartidora), o incluso la verdad sobre El Indescriptible Señor Pi, otro misterio que tampoco me es posible revelar porque se trata de un ser... eh, indescriptible. Otro ejemplo es el fenómeno del Ewok Valdiviano (los estudiantes UACh estarán más familiarizados con el tema); los ejemplos sobran.
Como todas las cosas, el chiste interno tiene dos caras. Por un lado, la satisfacción del zopenco que ideó esta burbuja discriminatoria, y por otro, el desconcierto del ente externo a la burbuja que: a) se muere de curiosidad por saber de qué se trata el asunto, o b) opina que es una reverenda pendejada.
Lo más notable de estos alter-universos chicos y privados, es su maravilloso elitismo. Los diferentes grupos sociales (o anti-sociales) compiten en secreto buscando un vencedor en una encarnizada lucha: la meta es poseer el sub-mundo más complejo, con mayor variedad y cantidad de personajes y con más ácidas referencias. El premio, claramente, es la superioridad social.
Crear uno de estos mundos no es tan complicado después de todo. Basta con tener un grupo de personas lo suficientemente perturbadas y ociosas, además de dispuestas a cohecionar sus chistes personales y agruparlos bajo un mismo alero misantrópicamente snob (en un sentido inmensamente cool, por supuesto). Y, bueno, eso no es tan dificil de conseguir.

9 comentarios:

Päblo dijo...

Buen posteo, no habia pensado el lado discriminador del chiste...
En fin... no he pensado sobre muchas cosas xD
Saludos

Miguel A. Fuentes Buchholtz dijo...

pesi pesito pesito PESITO pesi pesito pesito pesito, pesito pesito pesito pesito PESITO PESITo, n_n pesito pesito...

(no me aguanté)

Nicole Grandjean dijo...

Pesitos!!

iji!

:)

Blutspan dijo...

Ni tan misantrópico eh...

Por lo general no hay muchos shistes "internos" in my life, más que nada porque de existir los mismos, son tán idiotas y fáciles de entender (o mal entender) que cualquiera se rie, o incluso cualquiera lo ignora (por lo fomes que son)...

Pero igual hay uno que otro... sino pregúntenle a LOMOX !

Nicole Grandjean dijo...

LOMOX!!!
algún día será mi turno de gritar esa bella palabra (y esperar la eventual y plácida reacción)
iji!...

Pozo.... dijo...

En todo caso, los chistes intermos son los mejores, jaja!... después uno se anda riendo solo...

Kalasjnikov dijo...

Siempre me encanta que ries... siempre me sueño que lees y a veces después de todo contemplo la mañana y la socabas de a pedacitos con tu ausencia...
Al final todo es nada...
y nosotros seremos siempre, los sospechosos de siempre!!!
Besos para vos...
Ah... te agregué al MSN

Carlos Siegel dijo...

Siento que te has apoderado de todos los terminos que te he regalado..como la misanntropìa, el anacoretismo, la iconoclastìa....en fin..ach so!!! warum?=??

Nicole Grandjean dijo...

la misantropía siempre ha sido y será mío. Anacoretismo e iconoclastia no los uso ni me agradan. Suenan como a palabra que se usa cuando no puedes recordar el término correcto. Y más simple y bonito y tiernito.