lunes, mayo 08, 2006

Yo Soy Balsamina.

- ¡Balsamina!, ¡Balsamina!, ven a conocer a tu tocayo. Y Balsamina corrió con las polleras en el aire, como niña que era.
- ¿Dígame, papá?
- Mira, Minita, este es tu tocayo.
La niña observa detenidamente las ropas roídas del hombre, sus innumerables arrugas, la piel destrozada y su caballito miserable. Aleja la vista por un momento y pregunta con inocencia
- ¿Papá, qué quiere decir Tocayo?
- Quiere decir que tiene tu mismo nombre. Él es Balsamino; tú, Balsamina.
La niña queda petrificada. Ese nombre que había odiado toda la vida tenía una razón de ser. Y ese viejito Chuñusco era la razón.
- Mire papá, usted cree que porque soy chica, soy tonta. No pues. ¿Cómo se le ocurre bautizarme con ese nombre? La niña se subleva
- …Sabe que más, desde ahora en adelante no me vuelve a llamar así. Me llaman Mina, o Minita o lo que sea, cualquier cosa menos Balsamina. ¿Me oyó?
Y la niña corre enojada y un poco asustada porque es la primera vez que le habla en ese tono a ese caballero que es su padre.
Los días pasan, y la niña sigue enojada.
- Minita, ¿como te va a molestar tanto?. Es un nombre nada más.
La mamá siempre es comprensiva y la consuela.
- Es un nombre… un nombre horrendo.
Y la niña llora porque cree que sus faldas primorosas, sus zapatitos de charol, sus peinados revolucionarios, sus modales de princesa y su caminar angelical son Nada al lado de ese nombre tan raro. La niña llora por días, y la madre la envía con el Sacerdote de la iglesia.
- Pero hija, ese nombre que tienes… no es feo. Es diferente, es original.
Pero por mucho que el Sacerdote hable bonito y construya metáforas infantiles, la niña no se convence. Y llora, y llora.
Entonces la madre le dice
- Hija, hija… tu nombre es tan lindo. Tu nombre es una flor. Una flor muy bonita.
Pero la niña ya no cree nada. Porque es una niña y está enojada.
Entonces la madre le muestra una revista donde aparece la flor amarilla, linda, linda.
Pero la niña no cree, o no le importa.
Entonces la madre viaja al pueblo, consigue semillas y calladita, las siembra en el patio. Y un día bien lejano llama a la niña
- ¡Minita!, ¡Minita!, ven a ver a tu tocaya.
Pero la niña ya no quiere caer en esos trucos.
- ¡Minita!, ¡Minita!, ven a verla.
Y la niña, de mala gana va hacia su madre con la pollera pegada al suelo y los pies pesados.
- Mira- dice la madre- esa, esa es la Balsamina.
Y la niña la ve por primera vez. Una flor. Y bien bonita.
- Viste Minita. No importa lo que diga tu papá. O cualquiera. Ahí tienes. Y Ahí estás tú. Floreciendo amarilla, pegada al suelo pero yendo hacia arriba. Y cada vez más grande y bonita.
Y la niña ya está cansada de pelear contra un nombre. O le empieza a parecer algo estúpido, así que mira la flor con los ojos entre cerrados y dice tranquila
- Balsamina, mamá. Llámeme así no más… porque soy yo. Yo soy Balsamina.

3 comentarios:

Päblo dijo...

Igual el nombre no es hermoso xD Pero mejor que lo haya aceptado... aunque más bien se aburrió de que trataran de convencerla de que su nombre era lindo xD
Y si tenía un sentido filosófico, no llegue a captarlo xD
Adios

Carlos Siegel dijo...

Lo más emotivo que he leído de Bernadette.Un guiño al melodrama clásico sin duda, heredero de Angel( la niña de las flores)

Proximamente en Viejipedia:

.-Viejito Bustamante, el filologo
.-Lui Bocai, el bellista
.-Graciosa, Prosperina y Balsamina ( trilogia de las abuelas con nietos Totdos)
.-Claudio Wagner y sus cabellos plateados

Miguel A. Fuentes Buchholtz dijo...

mega conmovedor!!!!!!!!!!!!